"Cuando intentamos avanzar a la vez por dos caminos que se separan, ponemos nuestra salud psíquica en grave riesgo: La mente se nos puede partir, perderíamos la pinza y tendríamos problemas gordos... Solemos ser castigadxs cuando actuamos egoístamente y se nos premia si vamos contra nuestros propios intereses, así que normalmente esos caminos que se separan suelen conducir hacia lo que realmente nos conviene, por un lado, y a clavarnos más y más en situaciones jilipollescas de esclavitud funcional y chantajes emocionales, por el otro... A veces conviene ayudar a alguien que está atrapadx en una situación de este tipo, mostrándole opciones alternativas, para comparación, durante un tiempo. Pero las cosas se complican cuando el sujeto (-a) intenta "compatibilizar los opuestos", utilizando el alivio que obtiene en situación favorable para soportar la adversa, en lugar de resolver esta última. Esto resulta contraproducente y puede acabar volviéndose, como decía, muy peligroso... En casos extremos la mejor ayuda puede ser ninguna: El sujeto ha de saturarse de adversidad, y desesperarse, antes de atreverse a violar normas y preceptos firmemente asentados, y dar un giro a su vida..."