Filosofía del conocimiento

El futuro de la ciencia se decide en el debate entre los sistemas generales y el llamado paradigma holístico. Todos los saberes fragmentarios segregados por la industrialización van a tener muy poco que aportar en un contexto de potencia decreciente: En realidad son combinación de ciencia e ideología. Esta última procede de mitos atávicos que nunca han sido cuestionados por que forman parte del sentido común. Cito tres en concreto: La psique, que incluso ha dado nombre a lo que podríamos llamar más afortunadamente "ciencias del comportamiento humano", la fertilidad de la tierra, complemento imprescindible de ese ilusionismo técnico al que llamamos agronomía, y el mito de la expulsión del paraíso original, con la culpa sexual por el medio, del que sólo ahora la antropología parece empezar a liberarse. Otra fuente de jilipolleces de la que bebe esa "ciencia híbrida" es la necesidad de informar aparatos de dominación y control de masas: Se sabe desde los sesenta que el propósito principal de la escuela es entrenar en la disciplina fabril. Por lo que respecta a la medicina, lo más llamativo es la negativa sistemática a aceptar los factores de canal cultural en sus modelos teóricos, como no sea para apuntalar de rebote el conservadurismo. Y el trabajo que le ha costado aceptar que el canal ambiental también trae lo suyo, además de "bichitos" y las moléculas simples "de toda la vida"...

La ciencia sólo podrá continuar si el paradigma sistémico se impone finalmente a la ideología holística; muelle de atraque de todo eso a lo que llamáis "magufadas"; y a las "defi-ciencias" de la industrialización, que por oposición complementaria juegan en el mismo bando. Y respecto a si tienen o no algo que hacer: Jua-jua-jua... Me río por no llorar, que soy de barrio obrero de ciudad industrial, y ahora vivo en la frontera entre el campo tradicional y el monte... Créanme: No ya la ciencia; la lógica y la razón están en exigua minoría, y lo seguirán estando mientras no metamos la linterna del método hasta en el más mínimo y, aparentemente, disparatado recoveco. Hay todo un mundo "ahí fuera" y de momento no hay cojones a entenderlo.

J.Ramón Rosell

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