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Nos libraron al resto de Europa de la barbarie hace 2.300 años cuando 300 guerreros de Esparta se enfrentaron ellos solos a las huestes del emperador persa. Nos trajeron la democracia hace cientos de siglos. Hoy, Hellas nos vuelve a dar una lección. ¡Gracias amig@s! Y ahora no os equivoquéis. No busquéis el amparo del petróleo ni del oro ruso...Reasilvestrad el territorio y dadnos una lección ahora de diseño ecosistémico y de gestión de servicios Ecosistémicos en toda regla...si alguien puede en Europa vais a ser vosotr@s...

Me dicen que durante los cuatro próximos años, en Cartagena de España, no vamos a tener ocasión para aburrirnos... Es por la situación política generada tras la última cita electoral y estoy de acuerdo, pero parece que va a haber mucho más: Las estructuras industriales pierden potencia, acumulan síntomas de repliegue y, en ciertos casos, también de desmoronamiento. El ilusionismo termodinámico del fracking se desvanece por momentos y el sistema financiero tiembla ante la posibilidad de que todo esto desestabilice los débiles encajes que aún permiten a los estados, aunque no a todos, entramparse más y más para sostener los servicios públicos. Al mismo tiempo emergen y convergen con cada vez mayor visibilidad funciones y estructuras a las que ya se puede calificar sin muchos matices como postindustriales, y empiezan a conquistar cuotas de mercado y de poder político, que hace sólo cinco años resultaban inimaginables... Aquellos expertos de los que más me fío; que son los que en lugar de focalizarlo todo en el dinero, se fijan más en los flujos de materiales, energía e información; están diciendo que tenemos el punto de inflexión a la vuelta de la esquina. 
A una ciudad como Cartagena, que ha crecido entorno a sectores industriales estratégicos como el petróleo y la construcción naval, se le plantea una disyuntiva de primera importancia: Podemos considerarnos capitanes del barco que se hunde, y hacer lo imposible por mantenerlo a flote cuanto más tiempo mejor para, finalmente, tener que saltar al agua con una mano detrás y otra delante. Así nadaríamos de nuevas en un mar ya claramente postindustrial, en el que nuestros vecinos del Sureste Ibérico habrían ido aprendiendo, por sí mismos y a la fuerza, a moverse con cierta soltura. Contrariamente, podríamos hacer inventario de recursos, tomar conciencia de nuestra privilegiada posición tecnológica y obrar en consecuencia, liderando el proceso de transición hacia la economía postindustrial que inevitablemente toca, con lo que a la vez nos ahorraríamos problemas y facilitaríamos las cosas a otras poblaciones del Sureste Ibérico, del resto de España y de nuestra área natural de influencia en el Mediterráneo Occidental.

J. Ramón Rosell

"Sinceramente... Estoy hasta los ovarios de esta Europa. Estoy con el KKE. Lo siento. Encima apoyando por la pasiva a los asesinos de ISIS. Que no. Para mi Europa fue la Europa de las tribus de hace 20.000 años. Antes de que el desierto nos atrapara. Tal y como estan las cosas, con Europa gobernada por niñat@s de 3 al cuarto que la semana que viene, si nada lo remedia, nos van a vender a las grandes corporaciones transnacionales lo mejor que pueden hacer l@s grieg@s es darle la patada a esta Europa del patriarcado y la estafa."

Carmen P. Pagan

La Sanidad, al igual que todos los demás sectores básicos (educacion, agricultura, energía...) afronta un difícil reto: cómo "encoger" sin dejar de prestar servicios a la población. El PP le puso el arreglo fácil. Encogemos todos los servicios públicos esenciales, que no son rentables, y los privatizamos para que quien quiera sanidad y educación la pague. Como, lógicamente esa no es la solución sino el agravante, habrá que hacer las cosas de otra forma. Porque lo de encoger es inevitable. Como dar una sanidad pública y de calidad en una economía post industrial? La solución se apuntó en 1978 en una conferencia internacional que organizó la OMS cuando se vio venir el panorama que se avecinaba y que presenciamos en la actualidad. Pero gracias al inicio de las privatizaciones del sector público y la revolución telemática La Crisis se retrasó y la necesidad de reforma de la Sanidad a escala internacional, se olvidó. Ahora es ineludible. El Rosell tiene que estar abierto. El cómo y para qué habrá que adaptarlo a las necesidades de la población en cada momento. 

Carmen P. Pagán 

Ningún buen diseñador de permacultura que asesorase a un agricultor profesional le aconsejaría aventuras a cara o cruz... Por el contrario le diría que, si lo que está haciendo funciona, para hacer permacultura debe empezar por ahí. Y da igual que el tal agricultor fuese industrial o biológico, en buena lógica habría de ir introduciendo mejoras escalonadamente, según una estrategia bien planeada, que acabare convirtiendo su finca en un sistema tecnoecológico autónomo, hiperproductivo e hipereficiente. Y, desde luego, también le aconsejaría no emprender nuevas acciones que comportaran altos riesgos, o que incrementasen su dependencia respecto a los combustibles fósiles, los bancos o los mercados...
En Cartagena de España hay varias piedras en que gente y gobernantes podríamos tropezar si no reflexionamos amplio y profundo. Parece claro lo de las prisas, y que no están las cosas para jugar a la ruleta rusa: Lo espectacular resulta ineficaz en la mayoría de los casos y, para afrontar de forma satisfactoria la obligatoria pero larga transición postindustrial, hay que empezar planificando una etapa de adquisición de capacidades, que debería incluir el desarrollo de experiencias piloto. Pero eso: De momento, experiencias piloto...
Sin embargo el esfuerzo para evitar riesgos, no dilapidar recursos y no hipotecar aún más el futuro habría de ser mucho mayor y requeriría una voluntad mucho más intensa y a desplegar a plazo más corto: Como ciudad y como sistema económico padecemos adicción a macroproyectos y macroinversiones, en su mayoría fundamentados en recursos procedentes de fuera. Y el caso es que en tiempo de potencia decreciente, sustitución de fuentes energéticas, y relocalizacion y miniaturización de sistemas productivos, las cosas ni pueden ni deben ir por ahí... Hay al menos cuatro asuntos que encajan en este perfil y deberían ser cuestionados: El más claro de todos es el puerto del Gorguel ¿Que sentido tiene ponerse ahora a competir con otros puertos del Mediterráneo Occidental, de gran tradición y experiencia, por el reparto de un pastel que obligatoriamente va a ir a menos? Luego están la descontaminación de los terrenos del Hondón y la regeneración de la bahía de Portmán: Hay que valorar en todas sus dimensiones y magnitudes lo que supondría ponerse a menear esos materiales... Y el caso es que existen técnicas de sellado y de regeneración in situ; mecánicas y a la vez biologicas; más baratas y menos arriesgadas, dignas de ser tomadas en cuenta. Habría que mentalizarse; éso sí; de que, ni a escala planetaria ni a escala local, las cosas van a volver a ser como eran...
Luego está lo del Rosell: Dos hospitales y los dos a pleno rendimiento, se demanda... El caso es que el sistema sanitario construido sobre la base del desarrollo económico acelereado de Postguerra, llevaba ya varias décadas acumulando síntomas de insostenibilidad cuando a la derecha ultraliberal le dio por desmantelarlo y venderlo a pedazos: Ha sido su manera de hacerlo sostenible; que es espantosa y no nos vale; pero tampoco vamos a poder poner el barco marcha atrás para volver a los "felices sesenta"... Hay que diseñar otro sistema público de sanidad, más descentralizado, participativo eficaz, barato y sostenible, para tiempos de potencia decreciente, como pieza clave de la transición postindustrial. Y vale que eso no va a ser tarea fácil, pero es que es eso o lo del PP, y no queda otra...
Y para terminar en positivo, sólo una somera referencia a lo mucho que podríamos aprender en materia de ingeniería ecosistémica, restaurando y poniendo las pilas a tanto territorio devastado por trabajos de minería y cantera de que junto a nuestros vecinos de La Unión disponemos. Así dejaríamos atrás tiempos de titubeo, ineficacia e infrautilización de recursos públicos.

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